A quiénes pertenece el mundo y otros tipos de personas
Enseñanzas inesperadas del Mundodisco
Publicado en Reflexiones. Enero 18 de 2023.
Por Daniel Cañizares ‐ 2 min de lectura
“A William de Worde, editor accidental del primer periódico del Mundodisco, siempre le ha preocupado la naturaleza de la verdad. Sabe que se esconde en lugares improbables y cuenta con sirvientes extraños.” La Verdad, XXV novela del Mundodisco.
Uno pensaría encontrar sabiduría en elegantes manuscritos ancestrales, no en una novela escrita en clave de humor, mucho menos una en la que el mundo es plano y está sostenido por elefantes que viajan encima de una tortuga gigante a través del espacio. Sin embargo, quién decida entrar en las páginas inmortales del Mundodisco y salga de allí sin cambiar de opinión, sólo podría catalogarse como un necio irreparable.
Mundodisco es una saga de novelas creada por Terry Pratchet, una obra única en su estilo que combina de forma excelsa lo cómico y lo filosófico, lo mágico y científico, lo mundano y lo transcendental del ser humano. Un continuo conflicto que suele difuminar la linea entre la burla y la crítica, retratando entre líneas la dualidad de la naturaleza humana: una frágil existencia empujada por ambiciones desmedidas (usualmente ridículas para un ser tan fútil).
Dicho esto, mientras leía el libro La Verdad, la XXV novela del Mundodisco, me topé con algunas inusitadas lecciones de sabiduría que me he sentido obligado a compartir con ustedes. Éste es el fragmento:
Se dice que hay dos tipos de personas en el mundo. Están aquellos que, cuando se les presenta un vaso que está exactamente medio lleno, dicen: este vaso está medio lleno. Y están aquellos que dicen: este vaso está medio vacío.
El mundo pertenece, sin embargo, a aquellos que pueden mirar el vaso y decir: «¿Qué le pasa a este vaso? ¿Perdone? ¡Perdone! ¿Este es mi vaso? Me parece a mí que no. ¡Mi vaso estaba lleno! ¡Y era un vaso más grande!» .
Y en el otro extremo de la barra, el mundo está lleno del otro tipo de personas, las que tienen el vaso roto, o un vaso derribado por descuido (habitualmente por una de las personas que piden un vaso más grande), o las que ni siquiera tienen vaso, porque estaban al fondo de la muchedumbre y no han conseguido llamar la atención del barman.