Introducción

Nuestra colección de contenidos extraños.

Incluso en aquellos malos tiempos para las criaturas mágicas, incluso en una habitación diseñada para amortiguar todas las vibraciones de la hechicería, el Octavo seguía crepitando con su energía.

En realidad, las antorchas no hacían la menor falta. El Octavo llenaba la habitación de una luz tenue, mortecina, que no era exactamente luz sino lo contrario de la luz. La oscuridad no es lo contrario de la luz, sino su ausencia. Lo que irradiaba del libro era la luz que yace al otro lado de la oscuridad. La luz fantástica. Era de un color púrpura bastante decepcionante.